Gracias Señor por ser paciente conmigo y por darme tantas oportunidades de corregir mi sendero. Gracias también por proveer mi vida, mente, espíritu y corazón con las experiencias y conocimientos que me han permitido comprender que la vida se trata de disfrutar, perdonar, pedir perdón y recurrir a ti. Gracias por todas las puertas que me has abierto a través de las personas que pusiste en mi camino...
Con estas palabras, Rafael Ayala, el gran motivador mexicano abre su libro sobre el perdón; un libro que va más allá de lo cotidiano, para trascender hasta la espiritualidad del ser humano; una obra que como él bien lo dice, ubica al ser humano como ´La variable más grande de la creación´ y como tal, debemos aprender a conocernos y a valorarnos para poder establecer relaciones sanas y satisfactorias. Somos seres que trascendemos a través de nuestro espíritu, que tenemos un alma racional-emocional y que proyectamos lo que somos, a través de nuestro cuerpo.
La armonía entre el cuerpo, el alma y el espíritu es la que permite que seamos seres únicos e irrepetibles en el mundo; es la que nos hace crear y proyectar nuestra propia individualidad.
Sanando las Heridas del Alma nos lleva por las sendas que podemos transitar para alimentar el alma y el espíritu, y alcanzar un desarrollo integral de nuestro ser.
Nuestro cuerpo es el ´instrumento que poseemos para poner los pensamientos en acción y convertir en realidad las emociones e ideas que generamos´ y es por medio de él como el alma manifiesta sus sentimientos y su libertad de decisión, interpretando la infinita melodía de la creatividad personal y el sello de nuestra propia historia: la historia del alma como una sinfonía que nos lleva a descubrir lo mejor de nosotros mismos, de nuestras emociones y pensamientos, liderados por la voluntad de crecer día a día, amar, perdonar y seguir adelante.
